Mercenaries - Scripture Guardian

Los primeros informes sobre los Guardianes de la Escritura comenzaron a circular en los primeros días de la Gran Guerra.
La destrucción de Jerusalén sacudió las grandes ciudades y desenterró tumbas que jamás debieron ser profanadas, cuyos ocupantes ahora deambulan por esta tierra desdichada, recitando sin cesar los textos sagrados que se les confiaron en la muerte.

Capaz de hablar y leer la Lengua Verdadera, el Guardián de la Escritura puede desatar poderes arcanos o divinos contra cualquiera que su amo señale.
Cumple su propósito con la determinación ciega de un autómata, sin pensamiento ni compasión.

Guiado por escrituras sagradas o blasfemas, puede añadirse a cualquier banda de guerra.